El pH del Agua: Más Allá de lo Básico y Por Qué es Vital su Medición Precisa.

En el tratamiento de agua, uno de los parámetros más críticos y a menudo subestimado es el pH del agua. Aunque se enseña en niveles básicos como una medida de acidez o alcalinidad, su control es fundamental para garantizar la calidad del agua potable, el correcto desempeño en procesos industriales y la eficacia en el tratamiento de aguas residuales.

¿Qué es el pH del agua y por qué importa?

El pH es una medida que indica la concentración de iones de hidrógeno (H⁺) en el agua. Se expresa en una escala de 0 a 14, donde 7 es neutro, valores menores indican acidez y mayores alcalinidad.

Un agua con pH fuera del rango ideal puede causar múltiples problemas:

• Corrosión o incrustaciones en tuberías y equipos industriales.

• Reducción en la efectividad de desinfectantes como el cloro.

• Afectación en el sabor, olor y potabilidad del agua.

• Alteración en procesos químicos o biológicos sensibles en industrias y laboratorios.

En aplicaciones de agua potable, el pH recomendado por la NOM-127-SSA1 y la EPA es entre 6.5 y 8.5.

Importancia de una medición precisa

Utilizar sensores, medidores de pH digitales o sistemas en línea de monitoreo continuo es esencial. En el sector industrial, un error de incluso 0.1 unidad de pH puede traducirse en pérdidas económicas significativas, fallas en procesos y riesgos para la salud.

Además, el pH influye directamente en la eficiencia de sistemas de filtración, coagulación, neutralización y desinfección UV o química.

¿Cómo se ajusta el pH?

Se utilizan agentes correctores como ácidos (ácido sulfúrico, ácido clorhídrico) o bases (hidróxido de sodio, cal hidratada), según el tipo de agua y la aplicación. Un sistema automatizado con controladores de pH permite hacer ajustes en tiempo real, manteniendo el equilibrio ideal.

Conclusión

Más allá de un simple número, el pH del agua es un indicador crucial de salud, eficiencia y cumplimiento regulatorio. Su medición precisa permite mantener la integridad de equipos, mejorar la calidad del agua y garantizar la seguridad en cada punto del sistema. En el tratamiento de agua, el pH no es un detalle: es la base de todo.